La antología de
cuentos y relatos Terror en la ciudad de
México (Libros del Conde, 2015), autoría de Humberto Guzmán, fue una
idea que le surgió hace ya algunos años. Planteada en varias ocasiones como un
proyecto viable, no fue sino hasta este año que, decidido, Guzmán reunió a un
grupo de alumnos y exalumnos de sus cursos y talleres literarios, impartidos a
lo largo de diecisiete años en distintas instituciones, entre los que destacan
el taller Creación Narrativa, en la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, vigente, y el curso Creación Literaria, de la Secretaría de Hacienda, actualmente
desaparecido.
«La interpretación de la palabra
terror –escribe Humberto en la introducción de la antología-, además de entenderse como literatura
fantástica y sobrenatural, podía relacionarse a la violencia que suele darse en
una gran urbe, como es la de México».
Con esta idea como eje del proyecto, abrió la convocatoria para que cada autor
interpretara a su modo, como mejor le conviniera, el terror que esta gran
ciudad podía ofrecer. Había lineamientos claros. «Pensaba yo en una violencia que partiera de la individualidad de los
personajes –continúa Guzmán- y no de
la superficialidad de la noticia diaria que nos lleva a otros géneros, como los
del periodismo.» No podíamos quedarnos en el terror noticioso que aparece
en los diarios, o en la denuncia de ciertos actos para exhibirlos como un mal,
porque «más importante que la historia misma
es la forma como se cuenta». Había que hacer literatura. No parecía un reto
tan complicado: la ciudad más grande de la América hispana, al igual que Nueva
York o París, evoca todo tipo de historias que bien podían ajustarse a estos
parámetros. El verdadero reto consistió en la forma de narrar aquellas
historias.
.En sus clases, y previo a arrancar este proyecto, Humberto enfatizó que
evitáramos caer en la denuncia política o social: «La denuncia por sí misma no es buena consejera para la literatura»,
explica. Cuando el arte se usa con
estos fines corre el riesgo de convertirse en panfletario. Sin embargo, «No deja de haber asuntos de connotaciones
sociales o de la delincuencia declarada, pero con un origen individual, como es
más convincente y no la sola “denuncia” de los “malos” que aplastan a los
“buenos”. Buenos y malos, como estereotipos, sólo los hay en las historias
superficiales.»
En este libro hay relatos que van de lo fantástico y sobrenatural a lo
real y cotidiano, sin dejar de lado el género policiaco o la ciencia ficción.
La decisión que cada autor tomó, como se muestra en este compendio, revelan sus
habilidades y preferencias narrativas. No hubo restricciones, por lo que la
originalidad de cada escritor impide que el libro caiga en la monotonía de
estilo, dando como resultado un amplio espectro de tonos literarios que el
lector notará conforme lo lea.
Los escritores antologados somos catorce. En orden de aparición: Edwin
Alcántara, Ladislao Melchor, Salvador Gómez Moya, Rocío Hernández, Raúl Solís,
Laura Yelitzia Romero Castillo, Jorge A. Vera C., Ana María González Paz y
Puente, Adriana Reyes Langange, Carlos Roque Ríos, Yashodara Solano Castro, Manuel
Soria, Eduardo Thomas T., y Antonio R. Quiroz, además de la inclusión de uno de
los relatos de Humberto Guzmán (La espera). Cada participante aceptó el reto y
lo afrontó con sus habilidades.
En la parte final de la presentación, Guzmán expone que este libro podría
representar el examen final de sus cursos que nos coloca como nuevos autores de
cuentos y otras ficciones. Quienes aparecemos aquí podemos considerarnos graduados en creación narrativa y
literaria al llegar hasta la etapa final del curso-taller. «Pero el final, no lo ignoremos, es siempre
el principio», sentencia.
Con un pequeño tiraje, la edición y publicación de Terror en la ciudad de México es
la conclusión de un proyecto largamente planeado, y finalmente ejecutado. Ahora
depende de nuestros lectores juzgar el trabajo presentado.
Humberto Guzmán:
Ganó el primer Concurso
de Cuento del IPN, 1967, y el de Los cuentos del Ateneo Español de México,
1987, entre otros. El segundo Premio Nacional de la Juventud, de novela (SEP),
1971, por El sótano blanco. El Premio
Nacional de Novela José Rubén Romero, 2000, por Los extraños. Premio de Periodismo José Pagés Llergo, 1998, por
artículo de fondo. Becario del Centro Mexicano de Escritores, 1970, y del
International Writing Program, de la University of Iowa, 1986. Miembro del
SNCA/FONCA 1993-1996 y 1997-2000. Autor de Aprendiz
de novelista, apuntes sobre la escritura de novela. Otras novelas: Manuscrito anónimo llamado consigna idiota;
Historia fingida de la disección de un
cuerpo; Los buscadores de la dicha;
La caricia del mal, y La congregación de los muertos o El enigma de Emerenciano Guzmán. Libros
de cuentos: Contingencia forzada, Seductora melancolía, La lectura de la melancolía; Historias de amantes y otros fantasmas
(por publicarse). Autobiografía: Confesiones
de una sombra. Textos visuales, teatro: Nocturno
del alba. Cuenta, además, con antologías de Franz Kafka, Jorge Arturo
Ojeda, Juan Tovar, entre otras.
Edwin Alcántara:
Historiador y narrador. Egresado de
la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, opta para el doctorado en esta
misma universidad. Obtuvo el Premio de la revista Punto de Partida de la
Dirección de Literatura de la UNAM (2004), en la categoría de novela. Autor de
capítulos en libros sobre historia política del siglo XIX y coautor del libro
Darío en México. Un ambiente enrarecido. Es colaborador de la revista Relatos e
Historias en México. Su libro de cuentos Amor®: úsese y deséchese, se encuentra
en prensa.
Ladislao Melchor:
Médico Forense activo en la PGJ.
Catedrático del IPN. Premio en Narrativa Ignacio Manuel Altamirano (2010), por
su novela De Huipulco a Berlín. Tiene
en su haber otras dos novelas publicadas: El
Huésped y Coyote.
Salvador Gómez Moya:
Ingeniero y maestro en control y
robótica por la UNAM. Actualmente, cursa la licenciatura en letras hispánicas
(UNAM) y es profesor en el CCH-Naucalpan.
Rocío Hernández:
Licenciada en Administración de Empresas por la Universidad
Autónoma de Puebla, Maestría en Informática por la UPIICCSA y guía de turistas.
Desde 1985 ha participado en talleres
literarios, entre ellos el dirigido por Magaly Martínez Gamba y el de Humberto
Guzmán. Publicaciones: Las lunas de la
casona, Edit. Imaginaria, libro colectivo 2001. “Como el agua” y “Azul”, en
Arena, de Excélsior; “Azul”, Recaudador Literario de la SHCP.
Raúl Solís:
Fue alumno del curso-taller Creación Narrativa (Humberto
Guzmán, UNAM), y del taller intensivo Escritura desbordada (Programa de
Escritura Creativa, Claustro de Sor Juana). Ha colaborado en la Gaceta de la Preparatoria 5 (UNAM) y en
la revista La Peste. Finalista del
concurso internacional Cada loco con su
tema (BENMA editoras, 2013), y parte de la antología de relatos del mismo. Ajuste de cuentas es su primer libro de
cuentos.
Laura Yelitzia Romero Castillo:
Al terminar medicina hizo la especialidad de oftalmología, en el Hospital
de Ntra. Sra. de la Luz. Ha participado en diversos talleres literarios en el
Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia y el Centro Cultural de la
SHCP. Ha participado en tres publicaciones: Cinco
Caminos, Relatos de vida, edición de autor (2011); Recaudador Literario (2012), y 25 golpes de suerte, antología de
cuentos, Lectorum (2013).
Jorge A. Vera C.
Actualmente estudia la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas
en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha participado en diversos
talleres de creación poética y narrativa a cargo de los profesores Raúl Renán,
Felipe Garrido y Humberto Guzmán.
Ana María
González Paz y Puente:
Estudió en la
Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Ha sido alumna del curso-taller de
Escritura Creativa de Humberto Guzmán. Ha
publicado tres cuentos en el suplemento cultural Arena, de Excélsior, y en Recaudador
Literario desde 2009. Asistió al taller de Creación Literaria
de José Antonio Aspe. Actualmente toma el taller Leer para Escribir, de
Humberto Rivas, todos en la SHCP.
Adriana Reyes Langagne:
Participó
en los talleres de autobiografía con Erika Merguren con Marcela Guijoza. De ahí
se editó el libro Cinco Caminos. Tomó
otros talleres literarios con Salvador Castañeda y Margarita Villaseñor. Otro
con Humberto Guzmán, participando en El
Recaudador Literario. Talleres de novela en la SOGEM con Eduardo Antonio
Parra y Mauricio Carrera. Un taller de cuento con Claudia Guillén, en el que
participó en una antología titulada 25
Golpes de Suerte. Actualmente toma un taller de novela en la SOGEM con Ana
García Bergua.
Carlos Roque
Ríos:
Economista y
profesor de educación primaria. Ha participado en el Recaudador Literario, editado por la SHCP; fue alumno de Creación Narrativa, de Humberto Guzmán
en la SHCP.
Yashodara Solano Castro
Abogada y
comunicóloga por la Universidad La Salle. Fue
alumna de Humberto Guzmán en su taller de cuento y novela, en la SHCP,
publicando algunos cuentos en Recaudador
Literario.
Manuel Soria:
Sociólogo por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM,
en donde tomó un curso de poesía, y el taller Creación Narrativa, impartido por Humberto Guzmán. Cuenta con un
compilado de cuentos sucios titulado Nexos
y otros aullidos hechos letras y un poemario llamado El punto Glave: entre las palabras de amor y las provocaciones del
cuerpo, ambos inéditos.
Eduardo
Thomas T.:
Médico psiquiatra por la UNAM; exprofesor de psicología médica y
psiquiatría (UNAM). Participó en los talleres de la SOGEM y la Casa de las
Humanidades, con Humberto Guzmán. Autor de diversos artículos de divulgación
científica en Como Ves?, revista de la UNAM. Sin más por el momento,
novela corta de edición privada.
Antonio R.
Quiroz:
Fue
patólogo por casi treinta años. Cinco
caminos fue su primera publicación con pasajes autobiográficos compilados
por Marcela Guijosa. Después, en el taller de narrativa de Humberto Guzmán,
publicó el cuento “El Supermán” en Recaudador
Literario. Fue invitado por Claudia Guillén para publicar el cuento “Sin
palabras”, en la antología 25 golpes de
suerte (Lectorum). En la antología Primeras
armas (Lectorum) publicó los cuentos “De quién hablan”, “La cábala” y “La
mirada lasciva”.